Tengo tanto que contar... Decir por ejemplo que prefiero la magia de un atardecer a la clara de la mañana; los huevos al desayuno, el te de las dos, mariposas y no libélulas. Las palabras bonitas antes que las caricias fingidas, los besos en lugar de los abrazos y la complicidad de nuestra mirada.
Contar, por ejemplo, cómo tus manos se acoplan a cada parte de mi cuerpo, cómo mi cabeza encaja en ese espacio que reservas para mi cuando me abrazas. Callar, eso sí, como escurre la pasión en mí cuando te pienso, te toco y te siento. Hay tanto que quisiera decir, como cuando en el silencio de la noche mi piel y tu piel buscan el punto de intersección, olvidando donde comienza uno y termina el otro.
Hay tanto que quisiera contar, que como no me son permitidas las palabras, dejaré que sean tus manos las que acaricien las teclas correctas que en silencio... entonarán la más bella melodía.